Factores críticos para la salud de los corderos

En la ganadería, particularmente en la cría de corderos, los primeros días de vida son fundamentales para su desarrollo y supervivencia. Sin embargo, durante los meses de la ciranza, las inclemencias del tiempo, especialmente el agua y el aire, pueden poner en grave peligro la salud de los corderos.
El Agua
El agua, especialmente cuando se combina con el frío, puede ser uno de los peores enemigos de los corderos recién nacidos. Cuando los corderos se mojan, ya sea por la lluvia o por la humedad en su entorno, pierden calor rápidamente. Esto puede provocar una caída brusca de su temperatura corporal, lo que les lleva a sufrir hipotermia.
Los corderos no tienen la capacidad de regular su temperatura corporal en sus primeros días de vida de manera eficiente. Si se mojan, se enfrían, y su sistema inmunológico, aún inmaduro, no puede combatir los efectos del frío, lo que puede desencadenar enfermedades respiratorias o incluso llevar a la muerte.
Consejos para evitar el riesgo del agua:
Refugios secos y protegidos: Asegúrate de que las parideras o los espacios de alojamiento estén cubiertos y sean impermeables. No deben estar en zonas donde el agua se acumule ni cerca de charcos.
Rápida intervención: Si un cordero se moja por accidente, debe ser secado inmediatamente con toallas secas o, si es posible, con aire caliente. Esto evitará que pierda calor y reducirá el riesgo de enfermedades.
El Aire
El aire frío, sobre todo cuando sopla con fuerza, también es un factor de riesgo significativo para los corderos. El viento helado puede hacer que los animales recién nacidos pierdan calor rápidamente, aumentando el riesgo de hipotermia y otros trastornos. La exposición al viento sin protección puede causarles un shock térmico, debilitando su salud.
Consejos para evitar el daño del aire frío:
Proteger del viento: Los alojamientos y cobijos deben estar situados en lugares donde el viento no los golpee directamente. Se deben utilizar paredes o cortinas de protección para crear un ambiente cerrado y cálido para los corderos.
Control de la ventilación: Aunque es importante tener una buena circulación de aire para evitar la humedad, un exceso de aire frío o directo es perjudicial. Mantén una ventilación adecuada pero sin corrientes frías que puedan afectar a los animales.
Cuando el agua y el aire frío se combinan, los riesgos para los corderos aumentan exponencialmente. La lluvia fría y el viento pueden llevar a una rápida pérdida de calor corporal, especialmente si los animales no tienen un refugio adecuado. Este binomio de factores meteorológicos es el que más preocupa a los ganaderos, ya que las consecuencias pueden ser devastadoras si no se actúa a tiempo.
Tanto el agua como el aire son factores que, aunque parezcan inofensivos, pueden ser letales para los corderos si no se gestionan adecuadamente. Durante la ciranza, los ganaderos deben tener un control estricto sobre las condiciones en las que nacen y se desarrollan los corderos, garantizando que tengan un refugio seco y resguardado del viento. Solo así se podrá asegurar su supervivencia y bienestar en estos primeros y delicados días de vida.