Errores comunes en el cultivo de verano y cómo evitarlos

El verano es una de las estaciones más productivas para la agricultura, pero también puede ser una de las más desafiantes. Las altas temperaturas, la escasez de agua y el aumento de plagas ponen a prueba incluso a los agricultores más experimentados. A continuación, repasamos los errores más comunes durante el cultivo en verano y cómo prevenirlos para asegurar una cosecha sana y abundante.
1. Ignorar la planificación del riego
Uno de los errores más frecuentes es no adaptar el riego a las necesidades específicas del cultivo y del clima veraniego. Muchas veces se riega con poca frecuencia pero en grandes cantidades, lo que favorece la evaporación rápida del agua. Esto no solo es ineficiente, sino que también puede estresar a las plantas.
¿Cómo evitarlo?
Opta por riegos más frecuentes y en menor cantidad, preferiblemente en las primeras horas del día o al anochecer. El riego por goteo es ideal para maximizar la eficiencia hídrica y mantener la humedad adecuada en la raíz.
2. Sembrar cultivos no adaptados al calor
En verano, algunas plantas simplemente no resisten las temperaturas extremas. Sembrar variedades que no toleran bien el calor puede resultar en germinaciones pobres, quemaduras solares y un bajo rendimiento.
¿Cómo evitarlo?
Elige variedades adaptadas a climas cálidos y con ciclos cortos de desarrollo. Consulta con viveros locales o centros agrícolas sobre qué especies funcionan mejor en tu región durante el verano.
3. Descuidar el control de plagas y enfermedades
El calor y la humedad pueden acelerar la proliferación de plagas como pulgones, trips y ácaros, así como de enfermedades fúngicas. Algunos agricultores cometen el error de reaccionar solo cuando el daño ya es evidente.
¿Cómo evitarlo?
Implementa un monitoreo regular y preventivo. Usa trampas cromáticas, inspecciona hojas y tallos, y aplica controles biológicos o productos orgánicos antes de que las plagas se conviertan en plaga. La rotación de cultivos y la asociación de plantas también ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema.
4. Fertilización excesiva
Con la idea de obtener un crecimiento rápido, algunos productores aplican grandes dosis de fertilizantes. En verano, esto puede provocar quemaduras en las raíces o un crecimiento excesivo del follaje en detrimento del fruto.
¿Cómo evitarlo?
Realiza análisis de suelo para saber exactamente qué nutrientes son necesarios. Aplica fertilizantes equilibrados y en dosis adecuadas, y considera el uso de abonos orgánicos que liberan nutrientes de forma más gradual.
5. No proteger el suelo
El sol directo puede secar rápidamente el suelo, degradar la materia orgánica y aumentar la erosión. Cultivar sin una estrategia de cobertura es un error frecuente en verano.
¿Cómo evitarlo?
Utiliza mucho acolchado (paja, restos vegetales, plástico agrícola biodegradable) para proteger la superficie del suelo. Esto reduce la evaporación, mantiene la temperatura y mejora la estructura del suelo.