Los cultivos necesitan tierra, agua, luz solar y calor adecuados para crecer. Y desde hace unos años, el calentamiento atmosférico está alterando la estación de crecimiento de los cultivos. Si hay alguna actividad productiva que dependa directamente del clima y de su variabilidad, esta es sin duda la agricultura.
La falta de precipitaciones y las altas temperaturas de estos últimos meses han provocado graves consecuencias para el sector agrícola y ganadero, dos pilares fundamentales de la economía española. Afectando a las cosechas y al futuro de la ganadería.
El mes de mayo es el momento perfecto para sembrar cultivos que necesiten suelos cálidos y húmedos. Las temperaturas son más cálidas en esta época del año y las lluvias primaverales aún no han cesado, lo que proporciona el ambiente óptimo para que las semillas germinen y crezcan.